Según el Ministerio, que los Registradores asumieran la digitalización y resolución de los expedientes de nacionalidad iba a acabar con el atasco en el que se encontraban. Pues bien, un año después, los expedientes siguien atascados y la información a los afectados brilla por su ausencia.
Además, miles de solicitudes de nacionalidad fueron indebidamente denegadas por la impericia de los Registradores, causando un grave perjuicio a los afectados, que han tenido que recurrir la resolución con el consiguiente gasto de tiempo y dinero.
Ahora mismo, en el momento que un expediente de nacionalidad sale del Registro Civil hacia el Centro de Digitalización, los ciudadanos deben llamar a un teléfono 902 de pago, para que le informen de la situación del expediente y allí, o bien no se le da información del estado o, en el mejor de los casos, se les dice que no ha llegado el expediente o que está pendiente de asignar número, sin el cual el ciudadano no tiene posibilidad de hacer un seguimiento del estado de su expediente.
Con todo ello, los funcionarios del Registro Civil, que al final es la única cara visible en todo este proceso, no sólo se les quiere privar de una función que les es propia, sino que además tiene que apechugar con los fiascos de otros.....
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